[-empyre-] eje Sur-Norte

[Alicia Migdal]

Estimados,
quisiera introducir en esta conversación una referencia al eje Norte-Sur,
o, ya que escribo desde el Sur, el eje Sur-Norte.

El pintor Joaquín Torres García tiene una famosa obra de los años 30 donde
el mapa de las Américas está invertido, señalando así el lugar de novedad
estética que "sube" desde el Sur y la relatividad de las hegemonías
culturales.. Esa obra suya constructiva está tanto en la T-Shirts como en
la cabeza de muchos de nosotros.


Hay una agenda global del pensamiento que no tiene por qué ser la del
intelectual latinoamericano. Cuando el mapa de Europa cambió tan
fuertemente al caer el bloque del socialismo real, pareció que el Norte
imperial  dejó de mirar codiciosamente al Sur, y sus intelectuales
liberarles dejaron de tenernos como motivo de reflexión anti-sistema. Pero
todo es una nueva ilusiòn óptica, porque el imperio actúa por la vía
económica y no tiene por qué desembarcar sus tropas en territorio
extranjero para organizar el expolio. Como todos sabemos.

Digamos que los latinoamericanos dejamos de estar presentes como problema
para los intereses reflexivos de los intelectuales liberales del Norte.
Guerrilla, dictaduras y resistencia civil quedaron atrás con la
redemocratización del Cono Sur y con un mapa que se iba volviendo cada vez
más progresista o por lo menos con más gobiernos no autoritarios. Cambió de
un modo impensable el origen de algunos de los presidentes
latinoamericanos: un obrero, una mujer, un indígena, un ex-sacedote, un
ex-guerrillero, otra mujer.


Es como si solo en estado de conflagración y de crisis unos sientan el
interés por la percepción de los otros. Pero la característica actual del
imperio respecto a las zonas no candentes del planeta es precisamente
trabajar con la baja conflictividad, generándola, y quitándonos por lo
tanto del panorama "interesante".

Estar presentes como problema implicaba incluirnos en las estrategias de
visibilidad resistente. La globalización y la noción de posmodernidad
eligió, en cierto modo, sus tópicos, que deben ser leídos como parte del
interés imperial también en el pensamiento de quienes lo resisten. Para los
del Sur, el esfuerzo que esperamos de los intelectuales del Norte implica
una torsión muy fuerte de desautomatizar su agenda global y mirar de nuevo.

 Y tener nuestra propia agenda desde la periferia no es solo la
comprobación de la realidad de los hechos sino una decisión conceptual que
nos fortalece y  establece nuestros rasgos distintivos. Esa agenda del
pensamiento desde el Tercer Mundo nos permite discenir, con relativa
lucidez para quienes hacemos el esfuerzo de no quedarnos fijados a la
espontaneidad de las revueltas, qué es revolución, qué es revuelta, qué es
resiliencia, ya que vivimos y actuamos desde la experiencia cotidiana en un
continente dependiente.
-------------- next part --------------
An HTML attachment was scrubbed...
URL: <http://lists.cofa.unsw.edu.au/pipermail/empyre/attachments/20120315/14c8a7a6/attachment.htm>